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viernes, 25 de mayo de 2007

Evaluación de Software Educativo

La evaluación de software educativo debe realizarse teniendo en cuenta las propiedades específicas del programa en cuestión y las posibilidades de implementación del programa en el aula. Cuando hablamos de evaluación de programas educativos debemos incidir en la idea de que una determinada valoración de un programa puede estar realizada desde una o varias perspectivas. En general, cuando nos planteamos la utilización de un software educativo debemos tener en cuenta una serie de elementos que van a condicionar su elección y modo de utilización:
- Alumnos a los que va dirigido:
· Conocimientos que poseen.
· Dominio del medio.
· Métodos didácticos con los que trabajan habitualmente.
· Interacciones de aprendizaje.
- Características técnicas de los equipos de cómputo.
· Velocidad del procesador.
· Memoria RAM.
· Multimedia (capacidad de procesamiento de audio y video).
- Características del aula o situación en la que va a ser empleado.
· Aula de medios. Disposición, número de alumnos por equipo, etc.
· Utilización individual.
- Tiempo disponible.
- Tipo de aplicación a la que se va a dedicar. Entrenar, instruir, informar, motivar, etc.

Son muchas las clasificaciones existentes del software educativo publicado. Por regla general, cuando valoramos un programa lo intentamos clasificar en función de una serie de categorías que puedan resultar relevantes a la hora de elegirlo. Por ello, cabría indicar las siguientes tipologías:
- Según su sistema operativo.
- Destinatarios
· Por el nivel al que va dirigido:
Educación Preescolar.
Educación Primaria.
Educación Secundaria.
Bachillerato.
- Por los conocimientos previos exigidos.
- Por los contenidos que se trabajan.
- Según su estructura:
· Tutorial.
· Bases de datos.
· Simulador.
· Constructor.
· Herramienta.
- Según su comportamiento.
· Tutor.
· Herramienta.
· Aprendiz.
- Según su función en la estrategia didáctica.

Estos son sólo algunos ejemplos, podemos encontrar muchas más clasificaciones. Sin embargo, lo que debemos tener en cuenta es qué utilidad vamos a dar al análisis que hagamos y, por lo tanto, restringir los criterios de clasificación a aquellos que consideremos más significativos. La valoración de un software debe basarse, en primer lugar en sus características específicas y, posteriormente, en su aplicabilidad a las condiciones de enseñanza-aprendizaje que nos proponemos. En definitiva se trata de conocer, en primer lugar, la calidad que presenta y la eficacia para alcanzar y cubrir los objetivos que se propone y en segundo lugar su utilidad práctica en un contexto y una situación determinada. Algunas características extras a considerar serian las siguientes:
Facilidad de uso e instalación: Un software educativo no debe requerir procesos de aprendizaje previo para su uso y debe ser sencillo en su instalación, no deben aparecer problemas de incompatibilidad y debe incorporar el software suplementario necesario para su uso.
Versatilidad: Debe ser flexible, funcional, capaz de adaptarse o que esté abierto a su utilización en diferentes situaciones de aprendizaje.
Calidad audiovisual: Debe de cumplir unos criterios de calidad estética, de gráficos y sonidos, de elementos hipertextuales, etc. y todo ello sin grandes requerimientos de hardware.
Calidad de los contenidos: Rigor conceptual y científico. Lenguaje adecuado y sin elementos discriminatorios.
Navegación: Intuitivo, amplio y fácil de usar; que se oriente en todo momento al usuario de dónde se encuentra y cómo puede desplazarse a otro lugar.
Originalidad: Planteamientos y técnicas originales. No debe recordar a otros programas y debe emplear técnicas avanzadas que realmente justifique su uso.
Adecuación a los usuarios: Debe tener en cuenta el nivel inicial y los progresos que desarrollen los alumnos, para lo cual necesitará un entrono programable y una base de datos amplia.
Solidez didáctica: Debe ser versátil, sólido en sus propuestas y estructura de enseñanza. Adaptado a las distintas peculiaridades de los alumnos y accesible para alumnos con distintos tipos de discapacidad.
Documentación: Todo software debe estar acompañado de una documentación que oriente sobre su instalación, las características didácticas que posee, su utilización en el aula, los objetivos didácticos, contenidos que se trabajan, edades recomendadas, es decir, debe incorporar una guía didáctica y un manual de usuario, además de unos requisitos mínimos y óptimos para su utilización, indicando cómo van a influir en su aplicación.
Esfuerzo cognitivo: Los aprendizajes que se produzcan con el software deben ser significativos y transferibles, siguiendo un enfoque pedagógico sólido y actual.
Cada software educativo está creado en función de unos objetivos. Estos, pueden coincidir con los objetivos que nos hemos planteado a la hora de decidir su utilización o, por el contrario, puede existir cierta diferencia. Por lo tanto, y aunque se haga una primera valoración del software considero que debemos realizar un segundo análisis centrado en las condiciones en las que deseamos aplicarlo.

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